Para aprovechar al máximo el Cuaderno de Actividades, conviene verlo como una herramienta íntimamente conectada con el Libro del alumno, de manera que permita abordar desde otras perspectivas y con otras estrategias los mismos contenidos que se ven en clase y se trabajan grupalmente. Por ello, me gustaría resaltar un valor muy específico del Cuaderno de Actividades, y es el hecho de que gran parte de los ejercicios de repaso se plantean como juegos, en los que el alumno se enfrenta a sí mismo y compite con su nivel de aprendizaje (para lo cual las teorías de la gamificación en el aula han incidido en este valor que desde antiguo se habían introducido en forma de pasatiempos y ludo-ejercicios en los materiales complementarios para el aprendizaje de segundas lenguas).<\/font><\/p>\n Tradicionalmente, el Cuaderno de Actividades ha sido concebido como un libro de trabajo autónomo, pero en el caso de Generación<\/i> es un recurso sumamente útil para el desarrollo del trabajo en clase. En esta serie de artículos, me gustaría compartir con los lectores\/profesores las cuestiones que, en mi opinión, merecen ser tratadas cuando se aborda el análisis del Cuaderno de Actividades, y para ello me basaré en los ejemplos que contiene el libro Generación<\/i>, y que demuestran fehacientemente que un material tan rico y tan diverso se presta a un uso versátil y diversificado.<\/font><\/p>\n L@s<\/a> profesor@s<\/a> de segundas lenguas recurrimos frecuentemente a la petición de trabajo autónomo por parte del alumno, pero no siempre nos planteamos cómo proceder a una corrección adecuada, activa y participativa de esas tareas o “deberes” durante el tiempo de clase. Por eso, vamos a tomarnos en serio el valor de los “deberes” más que como una carga, una imposición o incluso un castigo para dificultar el tiempo libre de nuestros estudiantes, como una forma para mantener el contacto con la lengua cuando se encuentran fuera del aula y como un método para el desarrollo autónomo de sus competencias y habilidades lingüísticas. Antes de avanzar en el análisis de algunas características del Cuaderno de Actividades de Generación<\/i> y de las posibles aplicaciones que podemos darle en el aula, querría detenerme en tres cuestiones que contextualizan la cuestión de su uso.<\/font><\/p>\n Por una parte, me parece pertinente hacer hincapié en la diferencia terminológica entre el Libro del alumno, que es un material (o manual) de uso común en clase, mientras que el Cuaderno es algo más personal, una herramienta propia en la que el alumno puede serntirse libre para practicar y para desarrollar las actividades que allí se proponen como un ámbito personal, casi privado, en el que es posible decidir qué ejercicios realizar y cuáles no.<\/font><\/p>\n